lunes, 23 de abril de 2007

LA MUERTE LE SIENTA BIEN.

"Estoy enamorado de una muerta"
(Amado Nervo)
¿Qué más decir? Que soy viudo... aunque ni la muerte se enteró de mis padecimientos... Soy viudo... aunque el duelo se confundió con convalescencia... y la tumba es triste y gris como una cama nueva... Soy viudo porque el espejo me arroja el mismo reflejo fiel... inexorable... inequívoco y mortal: aquel de la verdad, de la verdad que duele hasta que mata... aquel del tiempo en blanco, en vano, sordo y mudo como la piedra de los mausoleos... del tiempo que no cura, sino extingue.... aquel de la soledad, siempre reflejada en la conjunción simple y eterna de los verbos en primera persona singular... aquella que no da vida, que sólo expira en el egoísmo y la autoconservación... He destrozado los lazos con la vida... o los lazos de la vida me han desenlazado a mí, no sé... Sólo sé que heme aquí, yo, uno, uno mismo, sólo de soledad... sin más prioridades que el olvido y la supervivencia...
Es cierto... el primer dilema de los viudos es la vida misma... sobrevivir... desear vivir... no caerse muerto...
El segundo dilema, tiene carácter científico, constatar la muerte, la causa del deceso... resignación académica y emocional... comprobar un hecho... sin ánimo de investigación ni castigo... la muerte como fenómeno en sí mismo, como un simple "dejar de ser"... No hay culpables ni condenas... La vida se encargará de ellas... En este crimen, no hace falta jueces, sino sacerdotes... No hace falta penas (más bien, sobran), sino expiaciones... En este luto, se necesita mucho negro... "blackouts"... las zonas grises no cubren suficientemente el desvelo de la memoria. La materia gris siempre es demasiado clara.
Soy viudo... cadáver exquisito... y qué más da... estoy enamorado de una muerta... Si ella decidió morir - porque yo no la maté, claro está -, es su problema... No habrá juicios ni castigos... Cada quien sabe qué hace con su vida.

viernes, 13 de abril de 2007

CORRE, NIÑA, CORRE.

Es increíble cómo el pasado arroja luz sobre el presente... He pasado por mis canciones para sordos, una vez más, y sólo descubrí que el sordo era yo... el insensato... el enamorado... el imbécil... el tozudo... el que no quería oír. ¿La vida es una caja de chocolates... nunca sabes lo que te va a tocar?... mentira... la vida es un menú de restaurante chino... apenas entendemos lo que significan las cosas y todos, finalmente, sabemos de qué se trata... Y cuál plato elegir... No se necesita preparación para vivir... se necesita resistencia... no resciliencia... sino resistencia... se necesitan ganas para experimentarlo todo y que no te duela perder... Ni siquiera se necesita un motivo... un proyecto... una luz que te guíe... un faro en la oscuridad... apenas, se necesita un pasado del cual seguir huyendo, nada más.